Después de 7 años de compartir fotografías otoñales del Roble, logramos organizar una salida grupal. El objetivo era conocer este bosque relictual, de una especie nativa única en nuestro país: el Nothofagus macrocarpa.
El cerro El Roble es uno de los santuarios naturales mas nuevos de nuestro país.
Fue creado el 27 de junio del 2000, a petición de la comunidad de Caleu. Comprende cerca de 1000 ha protegiendo el robledal más grande de la especie Nothofagus macrocarpa, en el limite norte de distribución del genero en Sudamérica.
Influye en la mantención del robledal, la precipitación nival (que favorece la permanencia del agua en el suelo por mas tiempo) y el efecto de las bajas temperaturas, asociados ambos a la posición altitudinal.
La especie de Nothofagus crece lentamente, en la Cordillera de la Costa desde el Parque Nacional La Campana (sector de Quilpué y Caleu, en especial en su ladera sur) hasta la Sierra Bellavista, en la Cordillera de los Andes (cerca de San Fernando)
Se le ha denominado fósil viviente, como un relicto que quedó en las altas cumbres de Chile Central, después del último proceso de glaciación
Llegamos a Caleu, hermoso y tranquilo pueblito. Nuestro punto de partida para emprender el ascenso.
Al principio había camino...luego seguimos la huella.
A veces nos hicimos camino al andar, pero no fue buena experiencia intentar hacer la cortada
A mitad de camino, un alto para apreciar el paisaje, con la cordillera de Los Andes en la lejanía
Cumplimos con la meta.
Llegamos al sector donde comienza el bosque de Robles. Un pequeño descanso, el almuerzo, agüita. Reponer fuerzas.
Luego subiríamos un poco mas para admirar el colorido de los Nothofagus.
Observamos que este año muchos han botado sus hojas antes de tiempo, antes de adquirir ese tono otoñal tan hermoso. Vemos hojas secas en algunas ramas.
La sequía este año ha tocado este bosque.
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